Odiando a los Hombres de acción

Reposaba con mi linda amiga en la comodidad de la cama de un cinco letras. Apenas ayer había podido recordar su nombre ya sin dificultad y ella ya tenía mi número de celular. Tiene lógica –pensé- esta fue apenas nuestra tercera cita.

Veíamos en la televisión un programa en la que entrevistaban a un chaval que acababa de ser campeón de alguna disciplina en deportes extremos. El tipo, galán, atlético, con 4 edecanes atrás, medalla al cuello y súper copa dorada en las manos, no hacía mas que relatar el como había logrado su triunfo después de volar por los aires, cruzar lagos con cocodrilos, tragar tierra, escalar montañas, y partirle la madre a tres tristes tigres que habían tragado trigo.

Mi linda acompañante lo veía con ojos de hambre y dijo con toda la saña inconciente hacia mi sedentaria persona: “Me encantan esos tipos, que se la viven en la adrenalina total, al borde del precipicio…..es tan sexy. ¿Tu no cambiarías tu escritorio por una vida así? ¿No te gustaría vivir algún peligro, alguna aventura, cambiar tu rutina?”

Me quedé pensando en su pregunta, la vi fijamente a los ojos mientras apartaba su cabecita de mi hombro derecho, y simplemente le dije: “Mi vida, yo soy un hombre de acción que vive el peligro constantemente”. Hizo una mueca con su boca que lo interpreté como el clásico “ah chingá chingá ” y no me quedó más remedio que explicarle el porque mi vida es más extrema que la del Indiana Jones “reloaded” que estaba con su trofeo en la televisión.

Mira – le dije- simplemente acabo de hacerte el amor en nuestra tercera cita, dos sin “zacate” para ser exacto, sin protección porque nos ganó la calentura, eso es una ruleta rusa, tanto para ti como para mi, ¿se te hace poco?, ok, fumo de menos 30 cigarros al día, el único ejercicio que hago es cuando me encamino de la cama al baño, del baño a la cocina y de la cocina al coche. Como carne roja nueve días a la semana, nunca pruebo una ensalada, mi dieta es grasa y muy condimentada, y ¿sabes? Ingiero todo eso sabiendo que soy hipertenso, pero lo olvido cuando de menos me chupo un pomo cada tercer día, sin contar las innumerables cervecitas en la comida, duermo poco, tengo un estrés laboral impresionante, he mentido ante jueces, ministerios públicos y a agentes judiciales. Miento con mis impuestos… ¿Se te hace poco? Ok, seguimos: Nunca utilizo el cinturón de seguridad, generalmente si salgo briago de un antro, briago manejo, me encanta meterle “pata” al acelerador y más en carretera. Rara vez reviso mis llantas, frenos o medidas de seguridad de mi auto, pero todo eso es lo de menos, yo, como persona infiel, que se relaciona con otras mujeres infieles, corro el peligro de que cualquier día un esposo con cornamenta me meta de menos tres tiros y si ando de suerte como Rosita Alvires “nomás uno sea de muerte”.

Lo peor de todo es que como nunca voy a la iglesia, ni a quien pedirle ayuda divina. ¿Qué opinas? ……¿no es lo suficientemente extrema mi vida? Y nadie me da trofeos pero eso si, ¡como me critican¡ esto es la vida real mi vida, aquí los jueces son doctores y en vez de calificaciones, te calculan a que edad vas a chupar faros. Ese bueycito de la tele se la juega ( y no es albur ) cada semana…..yo a cada hora como podrás darte cuenta.

La guerita en cuestión, como que tardó media hora en digerir lo dicho por un servidor, y lo primero que dijo fue “En la madre….entonces….¡yo también soy una mujer de acción!”.

Después de descubrir que éramos una pareja casual “de acción”, el tercero del día llegó en forma natural. Nos jugamos la salud una vez más y a esperar que calificación nos ponen mañana los jueces. ( nota: si el examen de VIH sale “negativo” equivale a “10” ).